Indira Güere Rochebaum ^a, Roberto Silva Meza ^b


1. Ortodoncista graduada en la Maestría del Departamento de Ortodoncia, de la Universidad Latinoamericana, campus Valle, México, D.F. México
   
   
2. Profesor del Departamento de Ortodoncia de la Universidad Latinoamericana, campus Valle, México, D.F. México.

Introducción.

Los caninos son los dientes más estables en las arcadas bucales, sus raíces son las más largas y más gruesas de todos los dientes. La palabra canino deriva del latín canis que significa "del perro" o "relativo a él" por ser los dientes que sobresalen cuando los perros tratan de intimidar, estos dientes suelen ser los últimos que perderá el hombre y ocupan posiciones significativas en las cuatro esquinas de los arcos dentales a tal punto que se les llama pilares fundamentales de la cara, también conocidos como colmillos, palabra que deriva del latín colmellus cuyo significado es columna.

Impactación se define como el cese de la erupción de un diente causado por una barrera física en su camino de emergencia a la cavidad bucal o por la posición anormal del mismo (1) Las causas más comunes de impactación de caninos maxilares se asocian principalmente con aspectos locales como las alteraciones bioquímicas en el germen dentario, traumatismos, discrepancias dentoalveo-lares, dientes supernumerarios, extracciones o pérdidas dentales precoces y/o trayectos ectópicos de erupción entre otros. Según Andreasen (2) entre el 25% y 50% de la población general presentan dientes impactados, éstos deben ser detectados y tratados a tiempo, ya que este tipo de alteraciones eruptivas traen consecuencias sumamente desfavorables, tanto estéticas como funcionales manifestando anquilosis dental, formación de quistes, infecciones, reabsorciones radiculares, entre otras. De ahí la importancia de este trabajo enfocado a determinar la prevalencia de caninos impactados en los pacientes del Departamento de Ortodoncia de la Universidad Latinoamericana, campus Valle en México D.F.

Thilander (3) y Shapira (4) coinciden en afirmar que después del tercer molar, el diente retenido con mayor frecuencia es el canino superior. Dachi y Howell (5) reportan la impactación de caninos con una prevalencia del 0,92%, mientras que Thilander y Myrberg (6) encontraron el 2.2%. Thilander y col (7) observaron el 1.7% en pacientes colombianos, similar a la prevalencia reportada por Ericson y Kurol (8) en pacientes europeos. Alif y col (9) determinaron la prevalencia de impactación de caninos superiores en Bangladesh, encontrando el 1,2%. Tortora y col(10) evaluaron la prevalencia de anormalidades en la estructura dental, posición, y patrón de erupción en una población con labio y paladar hendido, determinando a través de una sub-muestra en la dentición permanente, que el 15,5% tuvo una retención de caninos y el 4,4% de los caninos, tuvieron que ser expuestos quirúrgicamente. Praskalo y col (11) investigaron la prevalencia de hipodoncia de incisivos laterales en Croacia, en una sub-muestra de 170 examinados mayores de 13 años, encontrando el 4,71%.de impactación canina. Rozsa y col.(12) evaluaron en Budapest la prevalencia del canino superior permanente impactado entre 11 y 18 años durante un período de 10 años. Los resultados revelaron 101 casos de caninos impactados, mientras que, Yavuz y col13 reportaron el 1,29%. en la incidencia de impactación de caninos en la mandíbula en población Turca.

El Análisis de Ericson y Kurol, modificado por Lindauer y colaboradores (14,15) diagrama cuatro sectores delimitados por tres líneas que toman como referencia el incisivo lateral (una mesial, una distal y una central). El sector I se encuentra distal a la tangente proximal distal, el II en la mitad distal del lateral, el III en la mitad mesial, y el IV corresponde a toda la zona mesial a la tangente proximal mesial. Para ubicar al canino se localiza la cúspide del mismo. El pronóstico es favorable cuando la cúspide se ubica en el sector I y empeora entre más mesial se encuentre la localización de la cúspide, con un riesgo de impactación del 87% en el sector III y del 99% en el sector IV. En Análisis de Power y Short (16) utiliza un ángulo formado entre el eje longitudinal del canino y una línea media de referencia perpendicular al borde de la radiografía que pasa por la espina nasal anterior. Cuando el ángulo formado se encuentra entre 0 y 15° el pronóstico es favorable; entre 15 y 30° es regular; y cuando supera los 31° disminuye la posibilidad de que el canino retome su vía normal de erupción, y su pronóstico es malo.


Materiales y Métodos.

En este estudio se incluyeron las radiografías panorámicas de 828 pacientes entre 10 y 30 años de edad que asistieron al Departamento de Ortodoncia de La Universidad Latinoamericana, campus Valle en México D.F. Para la toma radiográfica se utilizó un aparato Orthoralix modelo 9200 (Gendex), y ésta se efectuó con 70Kv. /4mA y 12 segundos de exposición. Posterior a la identificación y selección de los casos, se realizó el estudio transversal y descriptivo valorando los pacientes que presentaban caninos impactados registrando las posiciones horizontal, semi-vertical, y vertical. Utilizando el programa SPSS 16.0 se calcularon diferentes medidas descriptivas para la edad, además de tablas de frecuencia simple y cruzadas para comparar los análisis radiográficos que determinan el pronóstico de caninos impactados, aplicando también la Chi Cuadrada.


Resultados.

La prevalencia de caninos impactados fue del 5,3%; 52,27% de sexo masculino presentaron caninos impactados integrado este porcentaje por 23 pacientes y 47,73% formado por el sexo femenino integrado por 21 pacientes. (Tabla 1.)

La relación de la edad y la frecuencia de impactación dental se muestran en la tabla 2:

La ubicación de la impactación de los caninos, se muestra en la tabla 3:

En el análisis de Erickson y Kurol las impactaciones encontradas se muestran en la tabla 4. El Sector I se refiere a un pronóstico favorable, el sector II un Pronóstico regular y sector III y IV un mal pronóstico para la tracción.

Las angulaciones observadas en el análisis de Power y Short se muestran en la tabla 5.

En este análisis no se encontró asociación del órgano dentario impactado con el género debido a que X² = 1,815 y P= 0.404. y en la búsqueda de asociación entre la edad con el órgano dentario se observó X2=1.815, p= 0,901.

No habiendo asociación siendo también estadísticamente No significativo.


Discusión

La prevalencia de la impactación canina ha sido reportada por varios autores: Thilander y col.(7) reportaron el 1,7% en una muestra Colombiana; En 1973 Thilander y Myberg (6) estimaron el 2,2% en pacientes europeos, mientras que Zhong y col (17) en población China reportaron la prevalencia de impactación de caninos maxilares del 2,05%; Por otra parte, Alif y col (9) en un estudio en una población en Bangladesh reportaron un porcentaje de 1,2%. Erickson y Kurol8 en una población caucásica reportaron 1,7%, Santoyo18 afirma que Bass establece la prevalencia de caninos impactados entre el 1,5% y 2%. Dachi y Howel5 observaron el 0,92% en población americana. Fardi y col (19) En un total de 170 (13,7%) pacientes presentaron al menos un diente impactado. Ninguno de ellos tenía un impacto incisivo, los caninos fueron la anomalía dental más frecuente 8,8%; Chimenti y col (20) mencionaron en una investigación epidemiológica llevada a cabo en 205 pacientes que presentan malas oclusiones, se encontró que el 9,27% de los pacientes presentan inclusiones de los dientes caninos.

En el presente estudio encontramos que la impactación es tan frecuente en el sexo femenino como en el sexo masculino, siendo un 4,54% mas común en el sexo masculino, no mostrando concordancia con los estudios de Dachi y Howel (5), Zhong y col.(17) y Ericson y Kurol8 donde refieren que la impactación es más común en mujeres que en hombres, posiblemente por razones particulares de la muestra. Referente a la edad, el 81,8% de las impactaciones se encuentran entre los los 10 y 15 años de edad, edad en la cual se han realizado la mayoría de los estudios de impactación canina, como mencionan Seong-Hun Kim y col.(21) que propone una mecánica de tracción con doble arco en una paciente de 14 años de edad. Caprioglio et al (22) también reportan a través de un caso clínico una guía de erupción de caninos palatinos impactados en pacientes de 12 años de edad. Con respecto al lado comprometido Praskzlo y col.(11) en un estudio realizado en una población de Croacia reportaron que en todos los casos las impactaciones se ubicaban en el maxilar superior; concordando con este estudio debido a que el 47,7% presentó impactación del canino superior derecho. El 43,2% Impactación del canino superior izquierdo, mientras que un 9,1% constituido por 4 impactaciones inferiores.

En ninguno de los casos se encontró impactación de los cuatro, mientras que Yavuz y col.(13) en cuanto a caninos mandibulares afirmaron que la incidencia de la impactación de caninos inferiores es de 1,29% en una población en Turquía. Basándonos en el análisis de Erickson y Kurol (14,15) (modificado por Lindauer y col.). El pronóstico es favorable cuando la cúspide se ubica en el sector I y empeora entre más mesial se encuentre la localización de la cúspide, con un riesgo de impactación del 87% en el sector III y del 99% en el sector IV. Para la actual muestra las impactaciones encontradas en el sector I estuvieron conformadas por el 40,91%, en el sector III se encontraron 12 que forman un 27,27%. En el sector IV hubo 14 impactaciones que conforman el 31, 82%. Encontrándose el mayor número de impactaciones en los sectores III y IV y resultando por lo tanto el 59,09% de la muestra un mal pronóstico para la tracción. Al observar los resultados del pronóstico de Power y Short(16)

Cuando el ángulo formado se encuentra entre 0 y 15° el pronóstico es favorable; entre 15 y 30° es regular; y cuando supera los 31° disminuye la posibilidad de que el canino retome su vía normal de erupción, y su pronóstico es malo. En este estudio el 31,82% de las impactaciones se encontraron en la zona I, el 31,82% en la zona II, el 36,36% siendo éste el mayor porcentaje se ubica en la en zona III con 16 impactaciones.

A diferencia del análisis de Erickson y Kurol únicamente el 36,36% de las impactaciones encontradas tienen un mal pronóstico, esto puede deberse a razones particulares de ambos análisis; motivo por el cual la valoración clínica en conjunto con los análisis juegan un papel fundamental. Por lo que vale mencionar, que el análisis por sectorización tiende a ser más rígido en su evaluación que el análisis por ángulos; por lo que se sugiere para un próximo estudio realizar análisis adicionales. Finalmente al asociar estadísticamente la edad con el órgano dentario afectado, el análisis de Erickson y Kurol y el análisis de Power y Short no se encontraron resultados estadísticamente significativos.


Conclusiones.

La prevalencia de caninos impactados encontrados en población mexicana es ligeramente mayor a la encontrada en otras muestras poblacionales. Pudimos encontrar estudios donde las mujeres están más afectada, sin embargo, para la presente investigación el sexo masculino presentó ligeramente mayor número de impactaciones. El mayor número de impactaciones fueron superiores derechas, seguidas por las superiores izquierdas; y ningún paciente presentó cuatro impactaciones simultáneas. Hubo cierta concordancia entre el análisis de Erickson y Kurol y el análisis de Power y Short, siendo necesarios para predecir el pronóstico de caninos maxilares impactados; en vista de que uno evalúa la posición angular del canino y otro lo ubica por sector. El Diagnóstico temprano de impactaciones debe considerarse elemental en pacientes con dentición mixta.