Para efectos de referencia bibliográfica este trabajo debe ser citado de la siguiente manera:
Benitez, L.; Calvo, L.; Quirós O; Maza, P; D Jurisic, A; Alcedo C; Fuenmayor, D.
"ESTUDIO DE LA LACTANCIA MATERNA COMO UN FACTOR DETERMINANTE PARA PREVENIR LAS ANOMALIAS DENTOMAXILOFACIALES."
Revista Latinoamericana de Ortodoncia y Odontopediatria "Ortodoncia.ws edición electrónica septiembre 2009. Obtenible en: www.ortodoncia.ws. Consultada, / /
RESUMEN
Actualmente es indiscutible la importancia que se le da a lactancia materna tanto para la madre como para el hijo, bien sea desde el punto de vista inmunológico, nutritivo, afectivo, y psicológico entre otros. Pero es poco lo que se conoce en relación con los efectos de la lactancia materna sobre el desarrollo del aparato bucal, y su relación con las posibles alteraciones dentofaciales. Por lo tanto, cabe mencionar que ésta forma del proceso reproductivo y es la vía natural de alimentar al lactante constituyendo una base biológica y psicológica única para el desarrollo del niño
En este estudio y través de la revisión bibliográfica se plantea los efectos de la lactancia sobre el desarrollo de las diferentes estructuras que conforman el aparato bucal, y específicamente su efecto sobre las alteraciones dentofaciales. Se relacionan también las ventajas que tiene para la madre la lactancia materna. Como conclusión se plantea que la alimentación al seno materno favorece el crecimiento y desarrollo del aparato masticatorio, evita la adquisición de hábitos deformantes bucales, mejora la oclusión dental en etapas posteriores del desarrollo infantil, previene las anomalías dentomaxilofaciales y contribuye a la prevención de las caries dentales.
INTRODUCCIÓN
La Ortodoncia es el área de la Odontología dedicada a la prevención, diagnóstico y tratamiento de las anomalías dentomaxilofaciales. Por ello la comunidad Odontológica debe velar por el bienestar y preservar la salud oral de los pacientes en todos los campos par a aumentar la expectativa y calidad de vida de al población, por lo tanto, es imprescindible mantener una mentalidad preventiva sobre respecto a las patologías bucodentales, no solo sobre caries y periodontopatías sino también en la prevención de las anomalías dentomaxilofaciales.
En marzo 2004 la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (U.N.I.C.E.F) presentaron la "Estrategia Mundial para la Alimentación del Lactante y del Niño Pequeño", destacando a la lactancia materna como fundamental para la supervivencia infantil. Es indudable que el amamantamiento es la medida más eficaz y menos costosa para evitar la desnutrición y las enfermedades infecciosas durante los primeros meses de vida. Por otra parte, estudios odontológicos realizados en la última década tienden a indicar que la falta de la lactancia materna o un período corto de ésta se asocia con la presencia anomalías dentomaxilofaciales.
Al nacimiento la respiración es el primer estimulo funcional, siendo el amamantamiento el segundo. Durante este último, el complejo movimiento muscular que el niño debe efectuar con la mandíbula y lengua predominan sobre los otros huesos y músculos cráneo-faciales, contribuyendo éstos estímulos primarios al buen desarrollo de los maxilares.
El amamantamiento favorece al maxilar inferior para avanzar de su posición distal con respecto al superior a una posición mesial. Es el llamado primer avance fisiológico de la oclusión. De esta manera, se evitan retrognatismos mandibulares y se obtiene mejor relación entre el maxilar y la mandíbula. Con la ejercitación de los músculos masticadores y faciales en el acto de lactar disminuye el 50% de cada uno de los indicadores de maloclusiones dentarias (resalte, apiñamiento, mordida cruzada posterior, mordida abierta, distoclusión, rotaciones dentarías).
Dada la importancia de favorecer el crecimiento y desarrollo estomatognático y por ende, prevenir las anormalidades dento-maxilofaciales se realiza el Estudio Lactancia Materna como un factor determinante para prevenir las Anomalías Dentomaxilofaciales.
La literatura científica mundial, ha dedicado grandes espacios a la lactancia materna donde expresa lo siguiente si todos los niños y niñas fueran alimentados exclusivamente con lactancia desde el nacimiento, sería posible salvar cada año aproximadamente 1.5 millones de vidas. Y esas vidas no sólo se salvarían, sino que mejoraría sus condiciones actuales, debido a que la leche materna es el alimento perfecto para el niño durante los primeros seis meses de vida en forma exclusiva y hasta los dos años en forma complementaria. Igualmente ayuda a evitar muchas anomalías dentomaxilares producidas por causas que actúan desde edades tempranas y producen alteraciones manifiestas en los primeros años de vida.
Para que una Anomalía dentomaxilofaciales se presente, se requiere de 3 factores primarios: El agente causal, el huésped susceptible y el ambiente propicio. Esto sumado al factor tiempo como último elemento determinante de la tétrada epidemiológica". Solo si se conjugan los tres factores de la tríada epidemiológica, con el factor tiempo, hay presencia de ADMF. La severidad de la anomalía depende del tiempo determina y cambia el pronóstico ya que el comportamiento de la anomalía es individual para cada paciente.
Las ADMF son de etiología multifactorial presentan uno o más agentes causales conjugados entre sí. El conocer el comportamiento típico de la anomalía sirve para predecir su pronóstico y evitar su presencia, atacando la formación de la tríada epidemiológica.
La prevención por medio del control de la tríada y tétrada epidemiológica consiste en romper la relación de interdependencia entre los tres factores así:
Permitir que el huésped sea resistente
Eliminar o controlar en forma parcial o total el agente causal
Eliminar o controlar el ambiente propicio.
Control del tiempo durante el cual esta activa
Una vez eliminado uno de los factores de la Anomalía dentomaxilofaciales no se presentará.
La educación es más que brindar conocimientos a la comunidad por grupos de edades, es hacerla participe de su propia historia brindando los elementos necesarios para la promoción de salud. En las poblaciones más necesitadas se debe buscar ampliar la cobertura de los programas de prevención, reducir los costos de implementación y aumentar el tiempo de los mismos. Además crear una mentalidad donde lo adquirido sea de buena calidad para que dure más que lo barato que es casi siempre desechable. Educar es fundamental para lograr capacitar a la población para prevenir ADMF.
Es importante el acto de amamantación, ya que el bebé desarrolla la respiración nasal mientras succiona del seno materno la leche. Durante la succión es necesario morder, avanzar y retruir la mandíbula, por lo que se estimula neuromuscularmente y va adquiriendo el desarrollo y tono muscular necesario para ser utilizados a la llegada de la primera dentición. El movimiento protrusivo y retrusivo excita, al mismo tiempo, las partes posteriores de los meniscos y partes superiores de la articulación temporomandibular, y se obtiene como respuesta el crecimiento postero-anterior de las ramas mandibulares, y simultáneamente, la remodelación del ángulo mandibular.
La alimentación civilizada, con sus biberones y papillas, satisface las necesidades nutritivas del niño, pero no produce la excitación neuroparatípica del aparato masticatorio. Esta es necesaria para obtener el desarrollo previsto genéticamente.
En relación con lo antes expuesto, es importante realizar un estudio de la lactancia materna como un factor determinante para prevenir las anomalías dentomaxilofaciales los factores de riesgo o predisponentes individuales de tipo morfológico, estructural o funcional que favorecen la presencia de anomalías dentomaxilofaciales.
DISCUSIÓN SOBRE LA FISIOLOGÍA DE LA LACTANCIA MATERNA
La lactancia forma parte integrante del proceso reproductivo y es la forma ideal y natural de alimentar al lactante. Constituye una base biológica y psicológica única para el desarrollo del niño. Incumbe, pues, a la sociedad, la responsabilidad de fomentar la lactancia natural y de proteger a las embarazadas y a los lactantes de toda influencia que pueda trastornar el amamantamiento.
El periodo más críticos y de mayor vulnerabilidad en el ser humano son los primeros meses de vida, donde la madre entrega a su hijo el alimento más importante e irremplazable durante los primeros 4 a 6 meses, la leche materna, y sigue siendo, durante mucho tiempo, una importante fuente de proteínas y de otros nutrientes, aún de después de iniciarse la introducción de otros alimentos complementarios. Además, se establece una interacción afectiva entre el binomio madre - hijo, imposible de lograr con algún otro método de alimentación artificial.
Este hecho, junto a otros importantes efectos en la prevención de las infecciones, en la salud y el bienestar de la madre, en el espaciamiento de los embarazos, en la salud de la familia, en la economía de la familia, el país y en la producción de alimentos, hace de la lactancia natural un elemento clave de autosuficiencia, de la atención primaria de la salud y de los actuales criterios de desarrollo.
Características de la Glándula Mamaria
Las mamas son glándulas túbulo-alveolares de secreción externa, consideradas embriológicamente como glándulas sudoríparas modificadas en su estructura y función. (Figura 1). Cada glándula está formada por 15 a 20 lóbulos separados entre sí por tejido conectivo y adiposo. Los lóbulos se dividen en lobulillos y a su vez en pequeños racimos formados por redondeadas cuya cara interior está tapizada de células secretoras en las cuales se produce leche materna.
La leche producida es conducida por túbulos y conductos hasta los senos lactíferos que son dilataciones de estos, localizados a la altura de la areola donde se deposita una pequeña cantidad de leche para ser extraída por la succión del niño. De ellos salen unos 15 a 25 conductos hacia el pezón.
En el centro de cada mama hay una zona circular que recibe el nombre de areola y contiene pequeños corpúsculos denominados Tubérculos de Montgomery, que durante la lactancia producen una secreción que lubrica la piel. En el centro de cada areola se halla el pezón formado por tejido eréctil que facilita la succión.
La mama está irrigada por las arterias mamarias internas y externas, recibe además vasos de algunas anastomosis de la arteria intercostal de la rama pectoral de la arteria acromiotoráxica. Aunque posee las venas correspondientes, gran parte de la sangre venosa para inicialmente a venas superficiales de grueso calibre que se advierten a través de la piel formando la Red de Haller.
Amamantar a un hijo es una de las experiencias más gratas en la vida de una mujer ya que su leche constituye el alimento ideal para el niño durante los primeros 4 y 6 meses de vida, y sigue siendo, durante mucho tiempo, una importante fuente de proteínas y de otros nutrientes, aún después de iniciarse la introducción de otros alimentos complementarios. Dicho acto constituye una auténtica revolución en la supervivencia infantil.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) podrían salvarse en el mundo, más de un millón de vidas infantiles al año si todas las madres alimentaran exclusivamente con leche materna a sus hijos durante los primeros 4 meses de vida.
Dada la importancia de evitar la aparición de todos estos hábitos bucales deletéreos, así como de favorecer el crecimiento y desarrollo estomatológico y por ende, prevenir las anomalías dentomaxilofaciales es que se realiza este trabajo, cuyos objetivos son, dar a conocer la repercusión de la lactancia materna en la prevención de las anomalías dentomaxilofaciales y sus ventajas.
Diversos autores plantean que a las 16 semanas el feto esboza espontáneamente el movimiento de mamar, incluso a las 27 semanas algunos se chupan el dedo en el útero.
Por tanto, la boca del recién nacido está adaptada para la función primordial del amamantamiento; los labios presentan una prominencia y las crestas alveolares, unas eminencias muy vascularizadas y eréctiles llamadas pliegue de Robin Magitot.
Además, al examinarlos se encuentran casi sin excepción, una fase sagital de las apófisis alveolares en el sentido de una posición distal del maxilar inferior.
También poseen 3 reflejos que hacen posible el amamantamiento que son: el de búsqueda, el de succión y el de deglución.
EVACUACIÓN DE LA LECHE
Según como lo refieren por Issler J, Cassella A, Gómez V, Maidana D. (2002). La leche de los alvéolos no fluye en forma espontánea a los conductos. El niño sólo puede extraerla cuando se encuentra en los conductos mayores y senos lactíferos, por el reflejo eyectolácteo, el cual es un reflejo neuroendocrino para evacuar la glándula mamaria. Se inicia en receptores sensitivos del 4º 5º y 6º par torácico que se encuentran en el pezón y la areola, los cuales son estimulados con el toque de los labios.
Igualmente refiere Guerra María E. (1993); Esta información es recibida por las neuronas hipotalámicas productoras de oxitócica, donde ésta se libera en sangre, alcanzando a las células mioepiteliales de los alvéolos mamarios, provocando su contracción y vaciamiento. Se estima que el tiempo de lactancia promedio entre el inicio de la succión y la eyección láctea, es de aproximadamente 58 a 60 segundos, con variantes individuales. El reflejo eyectolácteo puede llegar a ser un reflejo condicionado que se desencadena con el llanto o incluso con la sola presencia del niño.
LACTANCIA MATERNA Y DESARROLLO NEUROLÓGICO
El Ácido Doxosa hexaenoico (DHA), un ácido graso poliinsaturado de cadena larga presente en grandes cantidades en el cerebro y en la retina, está presente en la leche humana pero no en las fórmulas comerciales.
El más rápido incremento de DHA en el cerebro humano ocurre durante el último trimestre del embarazo, lo cual hace principalmente vulnerable al infante prematuro.
Makrides y col. (1994): Analizaron la corteza cerebral de 35 infantes a término, y encontraron en los niños alimentados con lactancia materna un incremento a las 48 semanas del 10 %, en relación al nacimiento (7%). Los niños alimentados con fórmula no mostraron ningún incremento. Jain, Concato, Levanthal(2002): Analizaron 40 estudios realizados en niños desde 1921 al 200 1, el 68 % concluyó que la lactancia promueve la inteligencia, sin embargo solo 2 estudios reunieron los criterios de calidad, de los cuales solo 1 concluyó el efecto de la lactancia sobre la inteligencia fue significativo, y el otro no.
Sin embargo, la lactancia materna tiene un mayor efecto en los infantes prematuros. Lucas, col. (1992), IQ fue aplicado a 300 niños (antecedente de prematuridad, con peso < 1850 g.) de 7.5 a 8 años (104 alimentados con lactancia materna, 196, alimentados con fórmula). Se utilizó la escala de inteligencia Weschler para niños. Se encontró una ventaja 8.3 puntos, que permaneció después de controlar el estado socio económico y nivel educativo de la madre. Los neonatos recibieron la leche materna principalmente por sonda.
FACTORES ANTIMICROBIANOS DE LA LECHE MATERNA.
Los agentes antimicrobianos de la leche materna ilustran la peculiar interacción entre lactante y madres frente a factores ambientales. Se han descrito 2 vías de circulación y transporte: I. La circulación enteromamaria y 2. La circulación broncomamaria.
Estas sirven para transportar células B desde los centros linfoides respectivos hasta la lámina propia de la glándula mamaria, donde estas células se transforman en células plasmáticas productoras/ secretoras de lg. A. La lg A es el anticuerpo principal de la leche materna (0.5 - 1 g. / día).
FACTORES ANTINFLAMATORIOS DE LA LECHE MATERNA.
Se han descrito un grupo complejo, de los cuales destacan la acetilhidrolasa, una enzima que degrada el factor de activación plaquetaria y disminuye el riesgo de enterocolitis necrotizante del lactante prematuro amamantado.
Otro agente, es el factor de crecimiento epitelial, que permite la curación más rápida de los cuadros infecciosos intestinales.
La lactancia natural disminuye el riesgo de trastornos asociados al sistema inmun FACTORES INMUNOMODULADORES DE LA LECHE MATERNA.
Intervienen en la prevención de enfermedades después de la lactancia y en el menor riesgo de enfermedad de Crohn, diabetes insulinodependiente y linfoma. Se han descrito citosinas, alfatocoferol, prolactina. Estas activan las células T, estimulan la producción de lg A y de componentes secretores, y participan en la circulación enteromamaria y broncomamaria.
La boca del recién nacido
En los primeros meses de vida la función alimenticia es exclusivamente liquida, por medio del amamantamiento, para lo cual la boca del recién nacido presenta características especiales para cumplir dicha función, con una exquisita sensibilidad, aun en las zonas alejadas de los labios (mejillas)
Los labios son en forma triangular, semejante a un hocico.
La zona reja del labio tiene pequeñas prominencias y vellosidades aún en los carrillos, estas zonas muy irrigadas y sensibles.
Los huesos de los maxilares semejan a flecos con prominencias papilares a todo lo largo anterior, muy irrigados y eréctiles, cuya PRINCIPAL FUNCIÓN es RODEAR al PEZON durante la lactancia, las que van desapareciendo poco a poco.
El paladar presenta pliegues palatinos prominentes, quedando en los adultos las llamadas rugas palatinas.
La mandíbula está muy atrás (entre 6 a 12 mm), la que se modifica en pocos días haciéndose menos notoria.
DEGLUCIÓN DEL RECIEN NACIDO.
El niño nace con el reflejo innato de la succión.
En los primeros días no hay diferencia entre succión y deglución (tiene pequeños atoros), los que poco a poco se van independizando y afinando.
Durante la deglución, con la leche ya en la boca, la lengua se pone acanalada para impulsar la leche progresivamente, con movimientos peristálticos hacia la faringe, con ayuda principalmente de los músculos de la lengua.
AMAMANTAMIENTO:
Como lo expresa Guerra María E., Mujica, C. y otros (1999). La respiración es el primer estímulo paratípico permanente en el individuo desde su nacimiento hasta que muere; mientras que el amamantamiento constituye el segundo estímulo. El niño cuando nace presenta unas exigencias metabólicas que va a suplir bien sea con la alimentación artificial, o natural a través del amamantamiento.
El amamantamiento consiste en la obtención de la leche directamente de la glándula mamaria por parte del lactante, se establecen que "el amamantamiento es una función fisiológica, compleja y coordinada neurológicamente". Es un mecanismo de acción muscular regido por arcos reflejos; por medio del cual el niño se alimenta." Para que el acto de amamantamiento se pueda llevar a cabo, el reflejo eyectolácteo hace fluir la leche desde los alvéolos hacia los conductos mayores y senos lactíferos y desde allí es removida por la succión del lactante.
Primera mamada
Este es un acto de importancia capital, por lo que debe ser muy armoniosa, para evitar el "Trauma alimentario" (aversión al pecho). Por ello es muy importante educar a la madre para que está preparada para este momento, ya que este se da cuando la madre está echada, lo cual es muy incomodo.
En las próximas mamadas: Se puede usar cualquiera de las técnicas recomendadas, poniendo EL pecho a disposición de la boca del niño que debe estar frente a la madre, este debe estirar el cuello hacia adelante junto con la mandíbula, para coger el pezón.
Mecanismo de la mamada.
La succión y la deglución, son los dos mecanismos necesarios para la alimentación del niño. El acto de mamar demanda la realización de variados y coordinados movimientos, conformando la "UNIDAD VITAL del ACTO de AMAMANTAMIENTO", en el que intervienen:
Para la succión.- Labios, lengua, carrillos, paladar blando y mandíbula.
Para la deglución.- Faringe, laringe, hueso hioides y piso de boca.
En ambos casos, intervienen una diversidad de músculos de la cara, cuello y espalda. Toda esta dinámica produce estímulos funcionales para un armonioso desarrollo del órgano bucal, lo cual lleva a un gran agotamiento físico del niño por lo que con facilidad se queda dormido para recuperar fuerzas
La succión requiere la completa introducción del pezón y areola dentro de la boca del lactante, hasta que la punta del pezón alcance el paladar blando, produciendo el sellado completo para crear el vacío. Para ello utiliza el reflejo de búsqueda desencadenado por el estímulo del labio inferior del niño, que produce la apertura de su boca y coloca la lengua aplanada en su piso. Con areola y pezón ya introducidos en la boca, la lengua desplazada hacia adelante sobrepasando la encía, comprime con ella la areola contra el paladar duro con movimientos ondulantes, (1 o más por segundo según el flujo de leche obtenida) y la exprime extrayendo y deglutiendo la leche. Recién introducidos areola y pezón, se desencadena una alta frecuencia de estos movimientos, como estímulo fisiológico para eyección de leche.
En el lactante los labios, maxilares, encías, la lengua, los cojinetes grasos de las mejillas, el paladar duro y blando y la epiglotis, constituyen una estructura anatomo-funcional adaptada para el amamantamiento. En efecto, los labios presentan unas vellosidades muy vascularizadas, que se erectan durante el acto de amamantamiento y contribuyen al cierre hermético para que se produzca la succión de la leche. El paladar es plano y está limitado por los burletes palatinos laterales, permitiendo el encajonado del pezón y la areola en la cavidad bucal, colaborando con el cierre hermético. En las mejillas encontramos la bolsa adiposa de Bichat, el cual es un conglomerado de grasa ubicado entre el buccinador y el masetero, que sirve de amortiguador muscular durante el acto de amamantamiento. La lengua se origina en el endodermo faríngeo, mesodermo branquial, y miotomas occipitales. Ya a los cincuenta días de gestación las papilas gustativas están formadas. Mientras que la A.T.M. se caracteriza por tener forma aplanada, no hay cóndilo bien formado, no hay menisco interarticular y lo sustituye abundante tejido conjuntivo que sirve de almohadilla para amortiguar los movimientos de avance y retroceso producidos durante el amamantamiento.
El amamantamiento se realiza en 2 fases, en la primera hay prehensión del pezón y la aréola, cierre hermético de los labios, el maxilar inferior desciende algo y en la región anterior se forma un vacío, permaneciendo cerrada la parte posterior por el paladar blando y parte posterior de la lengua.
En la segunda fase avanza el maxilar inferior de una posición de reposo hasta colocar su borde alveolar frente al superior. Para hacer salir la leche, presiona el maxilar inferior al pezón y lo exprime por un frotamiento antero posterior. La lengua adopta forma de cuchara, deslizándose por ella, la leche hasta el paladar blando.
El amamantamiento es un estímulo que favorece al maxilar inferior para avanzar de su posición distal con respecto al superior a una posición mesial. Es el llamado primer avance fisiológico de la oclusión.
Movimiento de avance mandibular al ordeñar el pecho
De esta manera se evitan retrognatismos mandibulares y se obtiene mejor relación entre el maxilar y la mandíbula. Con la ejercitación de los masticadores y faciales en el acto de lactar, disminuye el 50 % de cada uno de los indicadores de maloclusión dentarias (resalte, apiñamiento, mordida cruzada posterior, mordida abierta, distoclusión, rotaciones dentarias, etcétera que afectan la estética y la función dentofacial del niño.
Sin embargo, con el biberón el niño no cierra los labios con tanta fuerza y éstos adoptan forma de "O", no se produce el vacío bucal, se dificulta la acción de la lengua, la cual se mueve hacia adelante contra la encía para regular el flujo excesivo de leche y se mantiene plana hay menor excitación a nivel de la musculatura bucal que tenderá a convertirse en hipotónica y no favorecerá el crecimiento armonioso de los huesos y cartílagos, quedando el maxilar inferior en su posición distal. Un niño que aprende a chupar de un biberón puede desarrollar confusión de pezones, al pretender agarrar la aréola y el pezón, como si se tratara de una tetilla de caucho. Esto trae con frecuencia problemas de amamantamiento y fracasos en la lactancia.
Si la alimentación al seno materno no es satisfactoria, el niño tenderá a chuparse el dedo o la lengua después de alimentarse, a morderse las uñas, el brazo, el labio, el pelo, colocarse objetos extraños en la boca y estos hábitos son causa de maloclusiones.(9)
Durante el amamantamiento se produce la excitación de la musculatura bucal y se movilizan las estructuras del aparato estomatognático del recién nacido, lo cual influye en el crecimiento de su desarrollo.
Freud plantea que el primer objeto a quien el niño dirige su exigencia es a la madre y lo hace en principio, basado en una necesidad, la de alimentarse. Si la alimentación no ha sido satisfactoria porque la succión se vio frustrada, este niño a lo largo de su vida irá creando sustitutos, por ejemplo: tenderá a chuparse el dedo o la lengua, después de alimentarse, en un esfuerzo por satisfacer su instinto de succión o puede ponerse objetos extraños en la boca, morderse las uñas, el pelo, el brazo, el labio y todos estos hábitos incorrectos, son causa de maloclusión en etapas posteriores.
IMPORTANCIA DEL AMAMANTAMIENTO
Es importante señalar que solo el amamantamiento es el que va a repartir los estímulos nerviosos a los centros propioceptivos de labios, lenguas, mejillas, músculos, A.T.M. tan importantes para el buen funcionamiento del sistema estomatognático, además el acto de amamantamiento es el único que activa y crea fisiológicamente los circuitos nerviosos que proporcionan las respuestas paratípicas de crecimiento y desarrollo como son: crecimiento antero - posterior y transversal de la mandíbula, desarrollo de los Pterigoideos, y diferenciación de las articulaciones temporo-mandibulares.
Por lo tanto: la función del amamantamiento es el principal factor para iniciar la posición adecuada de la mandíbula, porque en cada mamada se producen impulsos para su crecimiento adecuado, además de otros factores intervinientes como son: el factor genético, llorar, gritar, respirar, etc.
Técnica de la alimentación al seno materno.
Es generalmente aceptado que el éxito de la lactancia depende de diversos factores: amamantar lo más pronto posible después del parto y con tanta frecuencia como el bebé lo desee y conocer los problemas comunes que pueden surgir durante la lactancia. Un elemento esencial para un buen amamantamiento es el método empleado por la madre para educar el bebé al pecho y ajustar su boca alrededor de la areola y el pezón.
Durante el amamantamiento la madre debe permanecer en reposo y tranquila.
El niño debe estar colocado de manera que exista un ángulo de 45º con respecto a la madre y con la cara frente al pezón. Los pezones deben asearse previamente con agua hervida, estimulándolos para su erección.
Posición correcta del niño en el momento de amamantamiento.
Su cuerpo está pegado al cuerpo de su mamá. La boca y la mandíbula están pegadas al cuerpo de la madre.
La boca está completamente abierta y los labios se ven vertidos.
La mayor parte de la aureola o toda ella está escondida dentro de la boca del bebé.
El niño da chupadas grandes y despaciosas.
El niño está relajado y feliz.
La mamá no siente dolor en los pezones.
ACTIVIDAD MUSCULAR
Guerra y Mujica (1999), en su investigación "Influencia del amamantamiento en el desarrollo de los maxilares", establecen que el amamantamiento es responsable de la maduración de los músculos de la masticación, debido a que cada músculo está preparado al principio para una sencilla función (amamantarse) y luego va madurando para ejecutar correctamente unas funciones más complejas (masticación).
La posición clásica de mamar o deglutir del recién nacido, descrita por Bosma, Donato C, Ramírez J, Bremes, W (2002). Muestra la cabeza extendida, la lengua alargada y adosada al piso de la boca, los maxilares separados y los labios acomodados alrededor del pezón. Durante la deglución la contracción rítmica de la lengua y los músculos de la cara ayudan a la estabilización del maxilar inferior. En efecto, la forma de la mandíbula, la dirección en que se disponen los músculos implicados ( en el niño lactante la actividad es casi exclusiva del orbicular y músculos mentonianos) y otras circunstancias como la ausencia de dientes, favorecen los movimientos mandibulares hacia adelante y hacia atrás, lo que significa que en este acto el niño no solo succiona como comúnmente se cree, sino que ordeña en el sentido más literal el pecho de su madre con movimientos de la mandíbula de avance y retroceso, y este ejercicio continuo prepara sus músculos masticatorios, y todo su sistema, que va adquiriendo el tono y desarrollo necesarios para cuando aparezcan los primeros dientes.
Según Gálvez M. Mayoral J, Mayoral G: Al nacer el bebé se encuentra con la mandíbula en posición posterior o distal en relación con el maxilar superior, y al realizar los movimientos para tomar el pezón y tragar, va conformando la forma de la cavidad bucal, adelantando la mandíbula para su correcta oclusión posterior.
En el mismo orden de ideas Donato y Cols. (1998), plantean que el niño que se alimenta por medio del seno materno utiliza por lo menos 60 veces más energía ingiriendo su alimento que aquel que toma del biberón. De hecho, el succionar el pezón requiere un esfuerzo del niño, que hace que todas las estructuras óseas, musculares y articulares crezcan con armonía. Debe abrir su boca más ampliamente, mover la mandíbula hacia atrás y adelante, y apretar con sus encías para extraer la leche. En efecto, se ha encontrado que el músculo digástrico en bebés es dos veces más fuerte que en adultos con el fin de llevar a cabo esta labor.
Otros autores como Martín y Mohr, (2000), establecen que el ejercicio muscular que realiza el bebé es casi tan importante para su crecimiento como la alimentación en sí durante la succión, el infante comprime el pezón, elevando la mandíbula y la lengua. Los labios y las mejillas se contraen, quedando la leche en el dorso de la lengua, así como también hay un desplazamiento de la mandíbula hacia delante y atrás, produciendo una presión que empuja la leche al istmo de las fauces, luego la lengua se eleva contrayendo sus músculos extrínsecos y el milohioideo hasta llevarlos a la bucofarige. Los músculos palatofaríngeos y palatoglosos que componen los pilares de las fauces se constriñen e impiden el retorno de la leche a la cavidad oral. El paladar blando se eleva por acción de los músculos del velo del paladar, cerrando la comunicación nasofaríngea y comienza una serie de contracciones musculares que desplazan la leche al esófago.
Planells P, y otros. (2000). Exponen como estos músculos (principalmente el orbicular de los labios, mentonianos, y digástrico) son ejercitados extremadamente al succionar, su constante esfuerzo provee una importante influencia sobre el crecimiento fisiológico de la mandíbula. Ortega G, asegura que el aumento de los movimientos mandibulares durante la lactancia, con la función incrementada de los músculos, evita retrognatismos mandibulares, obteniéndose mejor relación entre el maxilar superior y la mandíbula. Por su parte también Guerra y Mujica plantean que durante el amamantamiento se logran realizar eficazmente los movimientos de avance y retroceso de la mandíbula, no ocurriendo así con la alimentación por medio del biberón, ya que al ser deficiente los músculos pterigoideos externos que son los propulsores mandibulares, actúan muy poco, manteniendo a la mandíbula en una posición distal. Otros autores consultados plantean que con la ejercitación de los músculos masticadores y faciales en el acto de lactar, disminuye el 50% de cada uno de los indicadores de maloclusión dentaria (resalte, apiñamiento, mordida cruzada posterior, mordida abierta, distoclusión, rotaciones dentarias, etc.) que afectan la estética y función dentofacial del niño.
En Venezuela, estudios realizados por Blanco y Cols. (1999) en una población de preescolares arrojó datos significativos. Se encontró un alto porcentaje de niños amamantados con perfil recto (56,8%), en contraste con aquellos que no recibieron lactancia materna (38,46%). Ocurrió además que al incrementarse los meses de lactancia materna, se produce un aumento considerable en el porcentaje de niños con perfil recto, 38,47%, en niños con lactancia artificial, 47,56% en niños con duración de la lactancia entre 1 y 6 meses, en contraste con 85,19% en niños con más de 6 meses de lactancia natural. En oposición a lo anterior, al aumentarse los meses de lactancia, se produce una disminución importante en el porcentaje de niños con perfil convexo 61,54% en niños que no recibieron lactancia natural, 43,90% en niños con lactancia menor a 6 meses y 14,82% en niños amamantados por un período mayor a 6 meses. Otro hallazgo encontrado en más de la mitad de la población estudiada se observó paladar profundo (52,46%) el cual estaba asociado significativamente con un período de amamantamiento menor a seis meses. Se sabe que si el bebé es alimentado por biberón, la lengua por efecto de la chupa se ubica más baja dentro del espacio oral funcional, impidiendo su roce fisiológico con el paladar y las presiones laterales necesarias para compensar la presión negativa propia de la succión, son menos fuertes y diferentes cuando se alimenta con biberón que las que se ejercen con el acto de amamantamiento.
Martín y Mohr, aseguran que el paladar se presenta alto y con paredes laterales en forma de techo a dos aguas, que si bien es frecuente que se origine por el uso prolongado del chupete, no es la única causa. En general, se suman otras causas que agravan el problema: la respiración bucal y una posición anormal de la lengua que presiona permanentemente el paladar. Cabe señalar frente a esto que Guerra y Mujica encontraron deglución atípica por interposición labial o lingual en aquellos niños que fueron amamantados por un período menor de seis meses. La misma se considera como una persistencia de la deglución infantil, por falta o ausencia del amamantamiento.
Como lo señalan Guerra María E., Mujica, C. (1999).Los niños que hasta edades avanzadas utilizan biberón, generalmente son respiradores bucales, y presentan vestibuloversión de dientes antero superiores, mordidas abiertas anteriores, y resequedad en la mucosa entre otros. También encontraron, un porcentaje muy alto (31,97%) de mordida abierta anterior en la población estudiada. Cabe señalar que la mordida abierta es ocasionada por varios factores; uno de ellos es la interposición de la lengua por persistencia de la deglución infantil o por el hábito nocivo de succión de dedo u otro objeto. El cuerpo interpuesto entre ambas arcadas, rompe el equilibrio dentario y bucal normal, generando presiones contrarias a las fisiológicas que anulan el mecanismo normal y natural, y cuya continuidad trae como efecto la deformación.
Junto con la actividad muscular, una fuerte presión producida por el niño alrededor del pezón, arrastra la leche fuera del pecho. Lo anterior produce un beneficio adicional ayudando a abrir y drenar la faringe y las trompas de Eustaquio, reduciéndose en el niño el riesgo de infecciones del oído y respiratorias, así como también disminuye el riesgo de enfermedades alérgicas, las cuales generalmente provocan respiración bucal.
Es importante señalar que la lactancia materna refuerza y mantiene el circuito de respiración nasal fisiológico, ya que el niño al mamar respira por la nariz al contar con una perfecta coordinación que le permite respirar, succionar y deglutir rítmicamente sin necesidad de soltar el pezón, disminuyendo así la frecuencia de respiración bucal en los niños.
Gálvez, M. (1999). Señala, la respiración nasal es fundamental para el correcto desarrollo cráneo facial, ya que el paso de aire por las fosas nasales es un estímulo para el desarrollo espacial de dichas fosas, las cuales están íntimamente relacionadas con el desarrollo del maxilar superior. A esto podemos añadir que las defensas que pasan al niño a través de la leche materna lo protegen, entre otras cosas, contra frecuentes resfriados que suelen acompañarse de secreción mucosa que obstruye las fosas nasales dificultando la respiración por esta vía.
EFECTOS DE LA LACTANCIA MATERNA SOBRE EL MAXILAR INFERIOR
En efecto, otros autores, plantean que el amamantamiento es un estímulo que favorece al maxilar inferior para avanzar de su posición distal con respecto al superior a una posición mesial. Es el llamado primer avance fisiológico de la oclusión. De esta manera se evitan retrognatismos mandibulares y se obtiene mejor relación entre el maxilar y mandíbula.
Donato C, Ramírez J, Bremes W. (1999), realizaron un estudio llevado a cabo en Costa Rica, donde se evaluaron 225 niños, con la finalidad de determinar los efectos de la lactancia materna sobre el desarrollo normal del maxilar inferior. Se obtuvo como resultado de la investigación, entre otros hallazgos, que un niño promedio que no recibió leche de su madre por más de 3 días después del parto, tiene 2,46 veces más riesgo de tener una relación esquelética clase II que otro que sí recibió. Por otra parte, se encontró que los niños de Zinbabwe cuyas madres les dan el pecho tan a menudo como los bebés quieren, no suelen tener hábitos viciosos como el de chupeteo del dedo. Sin embargo, autores como Meyers, Johnson y Morris consideran que el modo de alimentación temprana tiene poco efecto en la prevalencia de hábitos de succión.
¿LACTANCIA NATURAL VERSUS ARTIFICIAL?
Mayoral J, Mayoral G: (1969), plantea que se ha prestado mucha atención al problema de la alimentación por medio de biberones como causa de anomalías dentofaciales. La lactancia artificial va íntimamente unida a la deglución anormal por persistencia de la forma visceral de deglución que debe ser normal en el niño sin dientes (interponiendo la lengua entre los bordes alveolares), pero que debe cambiar a deglución somática con la aparición de los dientes (colocando la punta de la lengua en la parte anterior del paladar por detrás de los incisivos superiores).
A pesar que los biberones han mejorado mucho, los recién nacidos no hacen el mismo esfuerzo que cuando se amamantan del pecho materno, en la alimentación con biberón el niño deglute, por eso el crecimiento es menor, los maxilares quedan pequeños y los dientes entre otros problemas no caben en las arcadas.12 Cuando el bebé es alimentado en forma artificial (mamadera) no puede realizar los movimientos fisiológicos mandibulares de mesialización ya que debe controlar la cantidad de leche que ingiere, evitar ahogos y poder tragar, lo cual no sucede si es amamantado. La falta de un movimiento muscular correcto, disminuye la estimulación del crecimiento y de la forma de la boca y condiciona la aparición de futuros problemas de oclusión.7,4
Los niños amamantados con biberones, al hacer poco esfuerzo les cuesta más dormirse tras la ingesta, y además muchos recurren a hábitos viciosos o inadecuados como la succión de los dedos, chupete y el labio entre otros para así satisfacer su instinto de succión, el cual se vio frustrado por una alimentación que no ha sido satisfactoria.4,11,12 De hecho, autores como Planells y Cols. (1999) consideran la lactancia artificial como un factor etiológico principal en el desarrollo de hábitos. Está claro que cuando se hace la lactancia mixta, el niño por lo general suele aborrecer el pecho materno, ya que implica mucho más esfuerzo.
Interfuncionalidad de la boca
El ser humano debe ser visto con un sentido de Integralidad y complementariedad, debemos dejar de lado la tendencia morfológica, dando prioridad a ciertos aparatos o sistemas del cuerpo humano, que finalmente se refleja en la forma exterior. En la dinámica del desarrollo del organismo, su forma y función están íntimamente ligados; sino no se tiene en cuenta estos conceptos, estamos brindando una atención con visión distorsionada de la realidad.
El sistema respiratorio y digestivo, están íntimamente interfuncionalizados, ambos forman el CONFLUENTE VITAL FUNCIONAL (CVF), integrado por cuatro elementos:
Mandíbula COMPLEJO:
Macizo facial superficial Cráneo-Vertebro
Cráneo Faciomandibular
Columna vertebral Cervical
El CVF, va desde el techo nasofaríngeo hasta el esófago y glotis, quedando incluidos:
Fosas nasales
Alto farinx o nasofarinx
Medio faringe o bucofaringe (amígdalas, boca y lengua)
Bajo faringe o laringofaringe (Umbral aéreo digestiva o parte superior de laringe y esófago)
REGLAS PARA UNA BUENA LACTANCIA MATERNA:
Querer lactar
Empezar a poner el bebé al seno tan pronto como sea posible
Darle pecho siguiendo la regla de libre demanda (cada vez que el bebé lo desee)
Prolongar la toma por el tiempo que el bebé lo desee.
No debe causar dolor solo sensación de cosquilleo. Si duele es por mala técnica
No secar el pezón antes porque elimina la grasa que lo cubre y protege
Colocar al bebé "barriga con barriga" con la mamá
Alinear la cabeza y el cuerpo del bebé de modo que no quede inclinado
Que la cabeza del niño esté un poco más alta que su cuerpo
No combinar la leche materna con leche de fórmula.
MÁS RAZONES PARA FOMENTAR EL AMAMANTAMIENTO
Favorece la relación afectiva profunda entre madre e hijo
Disminuye la incidencia de muerte súbita en el lactante
Reduce la morbilidad y la mortalidad infantil
Tiene la temperatura adecuada, está siempre a disposición del bebé y no contiene microbios
Disminuye el riesgo de cáncer de mama y ovárico
Ayuda a prevenir la diarrea
Disminuye la frecuencia de abandono del recién nacido.
VENTAJAS DE LA LACTANCIA MATERNA PARA LA SALUD BUCODENTAL
Disminuye la infestación por Streptococos mutans y otros microorganismos, lo que contribuye a la disminución del índice de caries dentales.
Incrementa la resistencia del esmalte y demás tejidos duros del diente, por la mejor absorción de calcio y flúor, gracias a las características de las grasas en la leche materna.
Aumenta la secreción salival, manteniéndose un PH adecuado en la cavidad bucal, lo que también contribuye a disminuir la incidencia a caries.
Al lactar de forma exclusiva y no usar el biberón, aún después de los 4 ó 6 meses, están ausentes las caries de biberón propiciadas por la leche azucarada y otros alimentos endulzados ingeridos por esa vía.
La estabilidad psicológica del niño proporcionada por la lactancia natural contribuye a disminuir la prevalencia de hábitos bucales incorrectos que provocan serias maloclusiones que afectan la estética y función bucofacial.
Los elementos inmunológicos adquiridos durante la lactancia evitan estados alérgicos e infecciones respiratorias que generalmente provocan respiración bucal y anomalías dentofaciales.
Aparece una adecuada posición y función lingual (natural), facilitando el equilibrio dentario.
La función muscular durante la lactancia favorece el mejor desarrollo de los maxilares y facilita la erupción y alineación de los dientes.
El incremento del movimiento mandibular durante la lactancia con la función incrementada de músculos propulsores y de cierre, evita retrognatismos mandibulares, obteniéndose mejor relación entre el maxilar y la mandíbula.
Con la ejercitación de los músculos masticadores y faciales en el acto de lactar, disminuyen el 50 % de cada uno de los indicadores de maloclusiones dentarias (resalte, apiñamiento, mordida cruzada posterior, mordida abierta, distoclusión, rotaciones dentarias, etcétera.) que afectan considerablemente la estética y la función dentofacial del niño.
El logro de una salud bucal satisfactoria en la infancia representa una gran ventaja psicosocial y económica para la familia. Dr. Gerardo Ortega Valdés Clínica Estomatológica Docente Nueva Gerona. Isla de la Juventud.
CONCLUSIONES
Luego de la revisión de la literatura, se puede concluir que la lactancia materna además de los múltiples beneficios que tiene sobre la madre y el hijo, supone un estímulo muy importante en el desarrollo y crecimiento de todas las estructuras del aparato bucal y del sistema respiratorio del recién nacido:
La Lactancia Materna, favorece el crecimiento y desarrollo integral del bebe, pues la madre le brinda afecto, calor y seguridad
Durante el amamantamiento se produce la excitación de la musculatura bucal y se movilizan las estructuras del aparato estomatognático del recién nacido, lo cual influye en el crecimiento de su desarrollo.
El amamantamiento es un estímulo que favorece al maxilar inferior para avanzar de su posición distal con respecto al superior a una posición mesial.
La alimentación al seno materno, desde el punto de vista estomatológico, contribuye notablemente en el crecimiento y desarrollo del aparato masticatorio, evita la adquisión de hábitos bucales deformantes, mejora la oclusión en etapas posteriores del desarrollo infantil, previene anomalías dentomaxilofaciales y contribuye a la prevención de caries dentales.
La lactancia materna presenta además ventajas nutritivas e inmunológicas, pues la leche materna contiene proteínas (lacto albúmina, lacto globulina y cascina), todos los aminoácidos esenciales, grasas, cuyo coeficiente de absorción es superior al de la leche de vaca, hidrato de carbono, vitaminas (A,C,D, tiamina, riboflanina, niacena, biotina, ácido pentoténico y piridoxina en cantidades apropiadas para satisfacer los requerimientos del niño), minerales, lactoferrina, lactoperoxidosa, losozima, complemento C3, C4,
Madurando adecuadamente las funciones del aparato bucal.
Previene las anomalías dentofaciales (por ejemplo, evita apiñamientos dentales y mordidas abiertas).
Produciendo los estímulos de desarrollo necesarios para el crecimiento maxilo-mandibular
Previene la instauración de hábitos viciosos de succión y deglución.
RECOMENDACIÓNES
La lactancia natural representa una medida preventiva en el desarrollo de futuras anomalías dentofaciales; siendo el odontólogo un promotor de esfuerzo continuo para promover la educación de la salud dental en los nuestros niños, por medio de la madre.
En todos los servicios de salud, en que se tenga contacto con la madre en el periodo pre y post natal, se debe impartir educación sobre la lactancia materna y el rol trascendental que cumple.
Si la madre trabaja se debe brindar leche materna en cucharadas, jeringas y/o goteros, evitando al máximo el uso del biberón
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Blanco L, Guerra María E., Mujica C.: Relación entre el amamantamiento, el tipo de perfil, oclusión y hábitos viciosos en preescolares. Archivos. Venezolanos de Puericultura y Pediatría. (1999); 62(3): 138-43. Consulta: 5 noviembre 2008.
Comisión nacional de Lactancia Materna CONALAMA: Curso de Capacitación Consejería en Lactancia Materna, Manual del participante. Caracas. 1998. Consulta: 5 noviembre 2008.
Donato C, Ramírez J, Bremes W. Lactancia Natural y su relación con el desarrollo del maxilar inferior. Obtenible en: http://www.colegiodentistas.co.cr/index.html Consulta: 5 noviembre 2008.
Godoy D, Haller W, Casamayou M. Prevención de las disgnacias desde el nacimiento. Obtenible en: http://www.odon.edu.uy Consulta: 5 noviembre 2008.
Guerra María E.: Amamantamiento. Venezuela Odontológica. (1993); (58): 23-29. Consulta: 5 noviembre 2008.
___________________________, (1999): Influencia del amamantamiento en el desarrollo de los maxilares. Acta Odontológica Venezuela. 37(2): 6-10. Consulta: 5 noviembre 2008.
Planells P, Martín S, Echainz R. Hábitos de succión digital y chupete en el paciente odontopediátrico. Enfoques terapéuticos. Obtenible en: http://www.coem.org/revista/anterior/05_97/articulo.htm
Consulta: 5 noviembre 2008.
Ortega VG, Roca RR, Negrón RV. Estudio sobre lactancia materna y hábitos bucales incorrectos de succión al año de edad. Rep. Cubana Ortod 1993;8(2):31-7. Consulta: 10 noviembre 2008.