Influencia del estado nutricional sobre IgA secretora salival

  • González Tamara: Odontólogo egresada de Universidad de Carabobo.

  • Khazam Karla: Odontólogo egresada de Universidad de Carabobo.

  • Acosta de Camargo Ma. Gabriela: Especialista en Odontopediatría. Profesora del Departamento de Odontología del Niño y del Adolescente. Facultad de Odontología. Universidad de Carabobo.

  • Sanabria Zulayma Doctorado en Innovaciones Educativas. Profesora del Departamento de Integral del hombre. Facultad de Odontología. Universidad de Carabobo.

Resumen
La IgA es la principal clase de inmunoglobulina encontrada la secreción salival, la cual tiene un papel protector sobre mucosas y caries dental. La presente investigación tuvo como objetivo determinar la influencia del estado nutricional en los niveles de IgA secretora salival. La muestra estuvo conformada por 50 niños del Hospital Central de Maracay, Edo Aragua, Venezuela, en edades de 4-7 años, divididos en 25 niños con desnutrición (percentil 10) según las patrones establecidos por FUNDACREDESA y un grupo control con 25 niños con relación peso y talla normal (percentil 50). Se concluye que el estado nutricional influye de forma directa y proporcional sobre las concentraciones de IgA secretora en saliva, pues el grupo control presentó niveles normales de inmunoglobulina, mientras que los pacientes desnutridos presentaron disminución en la concentración de la misma.

Palabras clave: Nutrición, IgA, saliva.


Introducción

La Inmunoglobulina A es la principal clase de inmunoglobulina (Ig) encontrada en secreciones, la cual, protege al huésped de la entrada de virus y microorganismos patógenos, así como de macromoléculas y partículas extrañas inertes (1). Los linfocitos T desempeñan un papel fundamental en la inmunidad de mucosas, debido a la existencia de una parcial timodependencia en las respuestas de clase IgA(2). La malnutrición tiene un efecto adverso sobre la inmunidad humoral, la inmunidad secretoria, la inmunidad mediada por células, así como sobre las defensas inespecíficas del huésped (3). Altera la función fagocitaria, el sistema de complemento, la concentración de IgA y producción de citocinas(4).

La malnutrición es una condición dada por el desequilibrio entre las necesidades corporales y la ingesta de nutrientes que puede llevar a un síndrome de deficiencia, dependencia, toxicidad u obesidad. Este concepto engloba tanto el defecto proteo-energético (desnutrición) como el exceso del mismo (obesidad). En otras palabras, malnutrición se refiere a las carencias, excesos o desequilibrios en la ingesta de energía, proteínas y/o otros nutrientes. Aunque el uso habitual del término "malnutrición" no suele tenerlo en cuenta, su significado incluye en realidad tanto la desnutrición como la sobrealimentación (5).

Las manifestaciones bucales de la malnutrición han sido objeto de estudio, entre ellas se destacan: alteraciones en la formación dentaria (6), retardo en la erupción y exfoliación dentaria, aumento en la presencia de caries dental (7-9) e hipoplasias de esmalte (10-11).

El estado socioeconómico ha sido relacionado con la malnutrición, así como con la presencia de hipoplasias de esmalte (12). Esta última alteración, predispone a la formación de caries dental (13). Pacientes con bajo peso al nacer o muy bajo peso al nacer, tienen mayor riesgo de presentar hipoplasias de esmalte y caries dental (14). Incluso, han sido descritas hipoplasias tipo lineares en incisivos primarios en pacientes desnutridos (15). Sin embargo, paradójicamente en madres con niveles socioeconómicos bajos, los niveles nutricionales e inmunológicos del calostro se mantienen (16).

En pacientes que tienen caries activas se observa un aumento en los niveles de IgA al ser comparados con pacientes libres de caries, debido a un mecanismo de protección de la mucosa. Además juega un papel en contra de los Streptococcus mutans y lactobacillus que están en mayor número al haber caries activas. Esto indica el papel importante que tiene la IgA secretoria en el control de la caries (17). Niveles bajos de IgA aumentan el riesgo de caries dental (18).

Lamentablemente, no son muchos los estudios que han investigado la relación existente entre la concentración de IgA y la malnutrición. McMurray et al. estudiaron un grupo de niños colombianos y encontraron que los que estaban más desnutridos, tenían marcada reducción de las concentraciones de IgA y elevada concentración de IgG en lágrimas. Así como también la IgA en saliva completa estaba reducida (19). Más tarde, Watson et al. reportan que la malnutrición severa puede dañar el sistema secretor de la IgA reduciendo significativamente su habilidad de secreción (20). Por su parte, Feliu el al. hicieron un estudio en pacientes pediátricos que tenían una condición crítica, en ellos midieron la concentración de proteína C reactiva, fracciones de C3 y C4 de complemento, IgA, IgG e IgM séricas e IgA salival mediante la prueba de inmunodifusión radial, obteniendo como resultado una disminución en la concentración de C3 y C4, aumento de proteína C reactiva y de IgM (21). De manera similar, Sánchez, centró su investigación en demostrar la influencia de la malnutrición proteo-energética sobre el sistema inmune, revelando afectación de mecanismos inespecíficos inductores de la inflamación como la fagocitosis y el complemento, disminución de la liberación de citocinas y proteínas, y deficiencia en la inmunidad de las mucosas atribuida a la disminución de IgA secretora (22). También Ramos et al. describieron la asociación entre el estado nutricional y la salud bucal de escolares, encontrando presencia de patologías orales en el siguiente orden: caries dental, enfermedad periodontal, fluorosis dental, hipocalcificación del esmalte e hipoplasia del esmalte (23). Subramaniam et al. estudiaron niños infectados con HIV, encontrando que los niveles bajos de IgA estaban relacionados con un mayor número de lesiones en la mucosa bucal, principalmente queilitis angular (24).

La presente investigación tuvo como objetivo: Determinar la influencia del estado nutricional en los niveles de IgA secretora salival.


Material y método

La investigación fue de tipo observacional, descriptivo, de corte transversal y de campo. Se llevó a cabo en el Hospital Central de Maracay, Edo. Aragua, Venezuela, durante los meses de Agosto y Septiembre del año 2013. La muestra estuvo conformada por 50 pacientes en edades comprendidas entre 4 y 7 años, divididos en dos grupos: Un grupo experimental conformado por 25 pacientes con desnutrición y un grupo control conformado por 25 pacientes de peso normal según los estándares establecidos por FUNDACREDESA. El trabajo fue aprobado por un Comité de Bioética del Hospital Central de Maracay. A todos los participantes se les dio un consentimiento informado, que debía ser firmado por el padre o representante. Los criterios de inclusión fueron: Ausencia de enfermedades sistémicas, edad comprendida entre 4 y 7 años. Los criterios de exclusión fueron: presencia de alguna enfermedad sistémica, desnutrición grave u obesidad.

La recolección de datos se llevó a cabo a través de la técnica de observación participante y los datos obtenidos fueron registrados en una guía de observación no estandarizada previamente validada bajo el criterio de dos expertos en el área de odontopediatría y un experto en el área de metodología de la investigación.

Los niños fueron pesados y medidos cerciorándose que los mismos se encontraran dentro del percentil 10. Para el grupo control, se seleccionaron pacientes del Servicio de Traumatología del mismo hospital, en donde el procedimiento anteriormente descrito fue repetido, con la finalidad de ubicar a los individuos dentro del percentil 50 según tablas de Fundacredesa.

La toma de la muestra de saliva se hizo en un tubo de muestra previamente calibrado mediante el método de drenaje y expectoración salivar. Posteriormente las muestras se procesaron así: I) Centrifugación por 60 segundos, II) Extracción de la saliva contenida en los tubos con la ayuda de una micropipeta de punta desechable calibrada a 5 micrómetros, III) Depósito de la muestra en los pocillos previamente identificados de los kits de RIA, IV) Conservación de la muestra a una temperatura de 4 grados Centígrados por un período de 72 horas, V) Medición del diámetro del halo de precipitado con ayuda de una regla milimetrada, iluminación directa y fondo oscuro con respectivo registro de valores referenciales.


Resultados

Cuadro 1
Distribución por casos del grupo control de niveles de IgA secretora en saliva y flujo salival de los pacientes que acuden al Hospital central de Maracay-Edo Aragua.
Fuente: propia.

En el Cuadro 1 se observa con respecto al nivel de IgA, que 23 pacientes se encuentran dentro de los parámetros considerados normales (Valor normal 89-445 mg/dl), lo que representa un 88% del grupo experimental, mientras que solo dos casos se encontraban entre los valores considerados como bajos (12%).

Cuadro Nro. 2
Prueba de Chi-cuadrado de las variables niveles de IgA secretora y estado nutricional que presentan los niños objeto de estudio.
Fuente: propia.

En el Cuadro 2 se puede apreciar que el nivel de IgA secretora y el nivel nutricional que presentan los niños objeto de estudio no son independientes, es decir, existe una relación directa entre ambas variables objeto de estudio.

Discusión

En la presente investigación se pudo observar una notable disminución en los niveles de IgA secretora en el 92% de los individuos desnutridos, mientras que en el grupo control, la mayoría (92%) estaban dentro de los parámetros normales y en el 8% restante, los niveles de la misma se vieron disminuidos. Ya Johanssen et al. en 1985 al hacer un estudio con ratas, vieron que había una diferencia entre las ratas alimentas con sucrosa o almidón en cuanto a la producción de IgA (25). Más tarde, en 1994 realizaron una investigación en niños con desnutrición encontrando cambios en el sistema inmunológico salival (26).

En la presente investigación, se observó relación con lo reportado por Feliu et al. ya que en ambas se evidenció relación entre el estado nutricional y disminución de los niveles de IgA salival, sin embargo, los resultados en la investigación previamente mencionada no fueron representativos (23%), mientras que en la presente investigación, el análisis de la muestra arrojó resultados determinantes con el 92% en ambos grupos. La diferencia pudiera ser debido a que la muestra de la investigación tomada como referencia padecía de patologías infecciosas en estado crítico, lo cual pudo haber alterado en gran medida los niveles arrojados por la prueba RIA especifica (técnica usada para la medición de IgA) (21).

Por otra parte, existe contradicción con el estudio realizado por Ramos et al. en el cual, a pesar de haber encontrado gran cantidad de patologías bucales, aquellas asociadas a la integridad de la mucosa bucal no se encontraron con regularidad, por lo que no fue posible relacionar los hallazgos clínicos con el deficiente estado nutricional (23).

Una vez determinada la relación desnutrición-niveles de IgA y la función de dicha inmunoglobulina, pueden implementarse planes de tratamiento de abordaje para las patologías que afecten la integridad de la mucosa bucal desde un enfoque que favorezca no solo la curación de las lesiones, sino también la estimulación del sistema inmune, a través de programas que aumenten el nivel de calidad de vida de la sociedad y por ende, su estado nutricional.

La malnutrición tiene efectos graves en el individuo, en investigaciones hechas décadas atrás en ratas, se encontró que los efectos de la malnutrición dependían de la fase de crecimiento en que estuviera el animal, así como el tiempo de duración de la misma. Mientras más temprana fuera la malnutrición, impedía aun más la división celular y el animal no se recuperaba. De forma diferente, cuando la malnutrición ocurría en un estado tardío de crecimiento, resultaba en reducción del tamaño de la célula, de lo cual el animal podía reponerse (27).

Un patrón de alimentación saludable orientado a la promoción del desarrollo infantil óptimo y la prevención de las enfermedades crónicas en la edad adulta también puede reducir el riesgo de caries de la primera infancia (28). Al entender los factores etiológicos de la caries de la primera infancia, se deberían hacer esfuerzos en la prevención para evitar el desarrollo de la enfermedad (29).

Se concluye que el estado nutricional influye directamente en los niveles de IgA secretora en saliva, pues a menor percentil, menor es la cantidad de inmunoglobulina presente. Se recomienda aumentar investigaciones relacionadas a este interesante tema, como la relación entre la IgA y la mucosa bucal, asi como también la descripción detallada de todas las manifestaciones bucales y manejo odontológico al existir disminución de IgA y malnutrición.


Referencias
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